LOS SANTOS Y LAS NOVENAS 

En el mundo católico los Santos suelen ser objeto de devoción de muchísimas personas que recurren a ellos para solucionar problemas inmediatos: la felicidad de un hogar, la salud de un familiar, un inconveniente económico, aprobar un examen o ayudarnos a conseguir la gracia y la paz de Dios. 

La fe eleva al hombre de su banalidad y caducidad de lo cotidiano a la belleza de lo divino. Al rezar a los Santos, rezamos a Jesús, porque los santos interceden por nosotros precisamente porque están en Jesús y Jesús es el único que tiene todo el poder. Por ello la veneración a los Santos que hemos elegido como amigos y hermanos nuestros tiene como finalidad que nos acompañen, nos protejan y nos conduzcan al buen fin y a la meta. 

Las Novenas son una devoción a los Santos de oración privada o pública durante nueve días. Puede hacerse en días consecutivos o durante nueve días escogidos de la semana o del mes. Muchas de las Novenas tienen una larga tradición en la religiosidad popular que, a través del tiempo, ha escogido las devociones que, con su intercesión, más hacen abrir el corazón a Dios y conectar con Él. 

Para que sea eficaz la realización de una Novena es necesario que se haga con fe,  humildad, confianza y perseverancia. Muchos de los Santos, a los que hoy se les dedican Novenas buscando su intercesión, rezaban Novenas con gran devoción, siendo numerosos los milagros logrados.

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